30/04/09

Dal Cile una recensione a "La espada de Perseo" di Primo Siena

di Sergio Fritz Roa

Tomando como imagen de portada la magna obra de Cellini, donde Perseo sostiene con una mano la cabeza de la abominable Medusa y con la otra la espada con la cual fue decapitado, Primo Siena quiere desde el comienzo de su texto evocar, en el sentido más sublime y perfecto de la palabra, aquella acción purificadora – en este caso representada por Perseo y su espada- que da eterno movimiento a la vida y que, por tanto, es capaz de separar la luz de las tinieblas – representada por la cabeza de Medusa-. Y en la situación que nos convoca, aquello que se expresa como metapolítica y criptopolítica, categorías antagónicas que permiten la comprensión plena del fenómeno político actual, y en verdad, de todo tiempo. Las herramientas que Primo Siena dispondrá para una pedagogía del tema que origina el libro, no pueden ser mejores: metafísica, simbología tradicional, ciencia política, filosofía, historia, religión y literatura. Desde una visión superior, alta, aérea, el autor quiere invitarnos a una reflexión no trivial acerca de las diferencias entre una política sublime –metapolítica- y lo que ha devenido aquélla en el mundo moderno: la criptopolítica, a la vez que resaltar las virtudes de la primera.
Por tanto, conviene explayarse en lo que se refiere a ambos términos. Digamos que la metapolítica es la política guiada por principios de orden tradicional, es decir no humanos; o si se quiere, la aplicación de la metafísica en el orden político. La criptopolítica es el mundo de la baja política, la que se encuentra alejada de una orientación divina, por ser dirigida por intereses individuales o tribales (pero siempre egoístas) y materializada en el actuar más bien comercial y efectista que uno ordenado y abnegado. Insistimos que la clasificación no es pueril, y, a diferencia de lo que algunos creen, el uso de la voz metapolítica sí tiene un sentido y por tanto obedece a una necesidad. ¡Y esto no solo por la urgencia de usar otro término cuando la política se ha desgastado y se ha hecho sinónimo de corrupción, lo cual ya sería buen motivo para mirar otros horizontes semánticos!; sino que ante todo por la misma lógica del término. Se trata, entonces, de algo más que política, entendida ésta como la ciencia o arte de la organización de la ciudad. Es ir a los principios fundadores y rectores del orden divino que necesariamente han de plasmarse en la realidad del mundo cívico. Una tal diferenciación conceptual (entre política y metapolítica) ciertamente no tiene sentido en las comunidades tradicionales, donde todo se rige y articula de acuerdo a un plan de Dios y se expresa en un grupo de seres cualificados para interpretar dicho designio. No, por supuesto que en el mundo tradicional hablar de una política y una metapolítica es ocioso e ineficaz. Pero, en el mundo actual, donde la creencia en un orden divino ha perdido toda fuerza, y ello no solo a nivel de “las masas” sino que en la supuesta “elite”, ciertamente que sí tiene un valor preciso. Y es en este terreno o escenario de guerra donde Primo Siena quiere hablarnos, con aquella valentía que le ha sido propia en toda su trayectoria vital, de la cual muchas buenas cosas podrían decirse.
Como buen pedagogo, este italiano que ha dado gran parte de lo mejor de sí a nuestro país, en todo momento de su libro ha definido conceptos, ha presentado ejemplos clarificadores, ha dirigido nuestra atención a autores que debemos conocer o si ya los conocemos se nos invita a retomar (Platón, Aristóteles, Dante, Vico, Ficino, Guardini, Panunzio, Horia, Carrel, etc.).
De gran interés será para el lector lo referido a Roma, como cuna de la civilización occidental. Pues aquí Siena es verdaderamente notable al poder mostrar de manera profunda el destino heroico de una ciudad y cómo la idea imperial propia de dicho pueblo no murió con la llegada del cristianismo, sino que solo se transformó, y que incluso en sus mejores momentos supo plasmar con una vocación insuperable. La biografía espiritual de una ciudad es un arte que pocos pueden oficiar y Siena en ello es adelantado, pues logra en pocas páginas mostrar esta redirección de la Ciudad Eterna en lo esencial, no únicamente a través de fechas y datos meramente históricos sino que de percepciones, intuiciones, símbolos y alegorías.
La preocupación por América no será algo ajeno al autor, y por ello intentará a través de la religión profesada (catolicismo) mostrar caminos hermenéuticos que permitan una fiel integración entre los elementos nativos y europeos.
A fin de mostrar los ricos contenidos de la metapolítica, Siena nos acercará a la obra monumental de la literatura del s. XX: “El señor de los anillos”, verdadera restauración de los mitos germánicos y sajones, con presencia de elementos cristianos. Pues la metapolítica posee ricos contenidos y no es ajena a la literatura, en tanto ésta es la plasmación o fijación ordenada del pensamiento y sentir de un autor, dirigida en este caso a renovar (en el sentido de hacerlo otra vez actual, vivo) un mito.
Para finalizar, el texto incorpora un estudio del maestro de Primo Siena: el señor Silvano Panunzio, autor de textos luminosos, y de los cuales urge su traducción a nuestra lengua. Este breve apartado permitirá entender mejor la dirección en la que se concibe por metapolítica.
Muchas reflexiones han de surgir de la atenta lectura de esta obra. Habrá puntos en los cuales uno podrá disentir; y en la mayoría aplaudir. Pero, sin duda, será ésta la privilegiada labor del lector imparcial. Nosotros solo podemos recomendar el presente libro. Y no una, sino dos veces. Primero, por aportar elementos de valor para el pensamiento; y, segundo, por denunciar o, lo que es lo mismo, cortar con la espada de Perseo la confusa medusa de la criptopolítica, la cual también podríamos denominar contra-política y que es el reino de la ilusión llevado a la organización y dirección social.

27/04/09

Romanità e cristianesimo in Dante: la dottrina della salvezza

Venerdì 8 maggio
alle ore 18:00
presso
la sede Provinciale di Catanzaro (sala consiliare)
l'associazione culturale “Furor” presenta il libro del

Prof. Alessandro Scali

"Dante Pietra d'Inciampo. Dall'Inferno con Amore"
(Ed. Il Cinabro, 2008).

L'indubbia qualità del testo e l'eccezionale competenza dell'Autore rendono l'evento particolarmente interessante.
Introduce e modera Gaspare Dono.

Tutti gli amici che avessero la possibilità sono invitati a partecipare all'incontro.

Per maggiori informazioni: acfuror@gmail.com


25/04/09

La religione dell’impero

«La Russia come impero della terza Roma non conosce confini: (…) tutta la storia russa fino al 1991 è la storia di un’espansione planetaria permanente, e solo il ripristino dei processi espansionisti salverà la Russia stessa dalla disintegrazione. Per conservare se stessa, la Russia deve fare un’inversione di marcia verso l’esterno, non come il “buco nero” vuoto di Brzezinski, ma come progetto geopolitico universale, in grado di dare un assetto allo spazio mondiale secondo la sua visione. La Russia deve disegnare una propria carta geopolitica del mondo e regolare la realtà circostante secondo gli imperativi schematici di questa cartina». No, la megalomania indotta dal monopolio dell’approvvigionamento energetico dell’Europa occidentale e il revanscismo della grande potenza che fu umiliata non spiegano tutto. La dispiegata volontà di potenza della Russia di Putin e Medvedev, dei cui segni inquietanti l’estate alle nostre spalle è costellata, è anche il prodotto del clima creato da una nuova generazione di intellettuali e dalle giustificazioni ideologiche di alto profilo che le loro sofisticate scuole di pensiero non cessano di fornire. Pensatori che, come Arkadij Maler, l’autore del brano citato sopra, rivendicano orgogliosamente per sé l’appellativo – che è tutto una sfida – di “neoconservatori russi”.
I nuovi conservatori di nome fanno Maler, Aver’janov, Razumovskij, Tret’jakov, Fisˇman, Belkovskij, Karev, ecc.; portano barbe alla Dostoevskij, gestiscono siti internet spesso bilingui (russo e inglese) che si chiamano www.politiklass.ru, www.katehon.ru, www.pravoslavie.ru, scrivono un sacco di libri e vantano buone entrature presso il governo e le gerarchie ecclesiastiche ortodosse. Ma soprattutto riescono ad accreditarsi come la sintesi finale e suprema di tutto il pensiero tradizionale e conservatore russo. Per il terrore degli occidentali, uniscono gli orizzonti escatologici degli slavofili del primo Ottocento a quelli geopolitici eurasisti e neo-eurasisti di Aleksandr Dugin. E giustificano il tutto niente meno che con la dottrina di san Paolo del “katechòn”, il potere istituzionale che, com’è detto nella seconda Lettera ai Tessalonicesi, trattiene il mistero d’iniquità e ritarda l’avvento dell’Anticristo nel mondo.
«La nuova grande espansione» della Russia, secondo Aver’janov, richiederà l’intero XXI secolo, ma è necessaria e giustificata perché, come scrivono gli autori di Medio Evo contemporaneo. La politica religiosa della Russia nel contesto della trasformazione globale, «il compito di una nazione e di uno Stato è la conservazione dell’esistenza di una comunità politica fino alla fine dei tempi (…). Questa idea presuppone la comprensione della Russia non solo come uno degli stati del mondo, ma come lo stato-impero che ha una sua particolare missione negli “ultimi tempi”. Questo Stato è un impero escatologico. Questa coscienza è legata all’idea esistente nella tradizione ortodossa di “colui che trattiene” (Katechòn), di un ordine politico o di un regno, in grado di trattenere con la sua forza armata l’avvento nel mondo dell’anarchia, che condurrà la gente all’idea di sottomettersi all’anticristo. Nella tradizione ortodossa questo ultimo regno si chiama Roma, con la sua prosecuzione, Nea Roma, Bisanzio. Mentre nella tradizione ecclesiastica e politica russa la Russia è dichiarata Terza Roma, ultimo centro dell’ultimo regno, dopo la cui caduta non ci sarà una “quarta Roma”».
Si tratta di posizioni che hanno conquistato il mainstream. «I neocon russi sono gli intepreti più originali del nuovo clima politico e culturale della Russia putiniana», spiega Amedeo Roccucci, docente di storia contemporanea all’università di Roma 3 e autore di uno stimolante articolo apparso sul n. 4 del bimestrale Limes. «Nella Russia della perestrojka c’erano due correnti di pensiero e di espressione politica conservatrice: quella legata ai nazionalisti dell’associazione Pamiat e quella dei nazionalcomunisti di Zyuganov nostalgici dell’Urss. Il nuovo conservatorismo si differenzia da questi antecedenti per vari motivi. Uno politico: il terreno di coltura del neoconservatorismo è la congiunzione tra l’establishment politico e il sentire patriottico dell’opinione pubblica russa. Mentre negli anni Novanta i conservatori erano un’opposizione minoritaria, dopo la guerra del Kosovo c’è un mutamento nel sentire pubblico della Russia e nell’atteggiamento del potere politico verso questo sentire pubblico. Si può ben dire che oggi il pensiero dei neoconservatori esercita l’egemonia culturale in Russia perché interpreta in modo originale il sentire profondo dell’opinione pubblica russa. E il potere politico ne è stato contaminato: la nota formula di Vladislav Surkov (l’ideologo di Putin, ndr) della “democrazia sovrana” è sicuramente debitrice di questo filone di pensiero».
La seconda differenza è di carattere culturale. I neoconservatori sono più sincretisti: «Enumerano fra i loro padri sia Dugin (il pensatore del neo-eurasismo) che Solzenicyn, sia Aleksandr Panarin che negli anni Novanta abbandona il suo credo liberale e sviluppa un pensiero sulla Russia come civiltà ortodossa e come risposta alle sfide della globalizzazione, che gli slavofili ostili alla modernizzazione della Russia già nell’Ottocento».

Un nuovo messianismo
Naturalmente quello che sconcerta di più è l’ispirazione simil-apocalittica di molti testi. «I temi messianici ed escatologici non sono mai scomparsi dal panorama del pensiero politico russo», spiega Roccucci. «Tanto che Nikolaj Berdjaev (il grande pensatore che fu espulso dalla Russia dai bolscevichi, ndr) spiegò subito che anche il comunismo altro non era che la realizzazione traviata del messianismo e dell’escatologismo cristiano russo». Forse bisogna avere più paura di un altro fatto: i rapporti sempre più stretti di questi pensatori con esponenti prestigiosi della Chiesa ortodossa. Il sito www.pravoslavie.ru è animato da intellettuali neoconservatori religiosi che si muovono attorno a Tichon Sevkunov, l’archimandrita del monastero della Presentazione al Tempio di Mosca meglio conosciuto come “il padre spirituale di Putin”. Colui che in una famosa intervista a Izvestija, dichiarò: «Vladimir Putin è un cristiano ortodosso vero, e non solo per modo di dire. Un uomo che si confessa, fa la comunione ed è consapevole della responsabilità che ha dinanzi a Dio».
E non è tutto. «I legami fra questi intellettuali e la Chiesa ortodossa sono piuttosto stretti», afferma Roccucci. «L’anello di congiunzione tra il mondo ecclesiale e questo circolo di pensiero è il Concilio mondiale del popolo russo, che è un forum di dibattito culturale e politico, creato dalla Chiesa russa e presieduto dal patriarca ma di fatto diretto dal metropolita Kirill, che è il numero 2 della Chiesa russa, e dal presidente dell’Unione degli scrittori di Russia. All’interno di questo forum la presenza dei neoconservatori è così importante che uno dei loro documenti più significativi (Dottrina russa) è stato presentato proprio nel contesto del Concilio mondiale dal metropolita Kirill in persona. Il quale ha spiegato che questo testo non può essere considerato dottrina ufficiale della Chiesa, ma che molti dei temi contenuti in esso sono condivisi dalla Chiesa russa».

Una fede dopo il comunismo
Il giudizio sui neoconservatori russi di un altro slavista esimio, Adriano Dell’Asta docente dell’università Cattolica di Milano e Brescia e vicepresidente della Fondazione Russia Cristiana, è sferzante. «C’è sempre stata questa linea di nazionalismo che confonde piano escatologico e piano storico-temporale. La parte del leone la fa la geopolitica, ammantata di coloriture religiose: il riferimento continuo alla caduta di Costantinopoli e a Mosca Terza Roma è sintomatico. Ma qui la storia perde i suoi contorni reali: il mito dell’impero, di Mosca Terza Roma, nasce solo dopo la caduta di Costantinopoli, ma la Russia inizia nel 988 col battesimo del principe Vladimir! Cosa è stata la Russia fino al 1453? San Sergio muore nel 1392! Sarebbe come far iniziare l’Italia col Rinascimento, ignorando san Francesco. Se l’identità della Russia è indissolubile dalla tradizione religiosa, la sua storia comincia nel 988».
«Quel che è preoccupante – continua Dell’Asta – è questa idea che è morta una fede, quella sovietica, e allora occorre sostituirla con la fede nella grandezza della Russia. La grandezza della Russia non è una fede sostitutiva, è una realtà, ma nella misura in cui si fanno i conti con la tragedia sovietica, quando la tradizione religiosa è stata soffocata. I neoconservatori rivendicano una parentela con Solzenicyn, ma le loro posizioni sono agli antipodi. Questi autori parlano di espansione della Russia, invece la prospettiva che Solzenicyn indicava al potere era di rinunciare al perseguimento della via imperiale e di rivolgersi a uno sviluppo interno politico e umano, vero ambito della grandezza russa. I neoconservatori dovrebbero andarsi a rileggere la riflessione sulla nazione di Vadim Barisov in Da sotto le macerie, la famosa antologia curata da Solzenycin».

(www.tempi.it/ di Rodolfo Casadei)

20/04/09

Il silenzio degli angeli di Jean-Francois Colosimo

Dalle solitudini gelate del Mar Bianco agli altipiani dell'Abissinia, dai suk di Aleppo alle stradine di Salonicco, dai deserti d'Egitto a Patmos, l'isola dell'Apocalisse dell'apostolo Giovanni, passando per Alessandria, Atene e Mosca, il libro di Jean-Francois Colosimo, Il silenzio degli angeli, racconta un'odissea nel cuore delle musiche, dei santuari, delle liturgie, degli inni e delle voci dell'Ortodossia e delle Chiese d'Oriente, custodi di una straordinaria spiritualità della bellezza.

Colosimo, insegnante di teologia all'Institut Saint-Serge di Parigi, ha scelto come compagni gli angeli: ogni tappa del cammino è scandita da domande e riflessioni su di loro: chi sono? quando furono creati? dove abitano? quanti sono? sono distinti gerarchicamente? sono assolutamente immateriali? sono infallibili e impassibili? qual è il loro ruolo nella storia della salvezza? Ma giunto al termine del suo pellegrinaggio, Colosimo sembra preferire il mistero e si affida alla saggezza di Isacco il Siro che gli ricorda: «A che ti serve vedere gli angeli? Se li vedi una volta, sarà con gli occhi del corpo. Mentre vedi te stesso, ogni giorno, con gli occhi dell'anima».

Agli occhi di Colosimo, i cristiani d'oriente «sono l'altra Chiesa, quella degli apostoli, dei Padri e dei concili. Sono anche l'altra romanità… Così come sono anche l'altra Europa. Volevano… sposare Atene e Gerusalemme, fondare una civiltà di ordine anzitutto spirituale. Il loro sogno non sopravviverà ai disastri della storia». Oggi essi sono presenti ai quattro angoli del pianeta, «il movimento ecumenico, il crollo del marxismo, il ritorno del religioso li hanno ricondotti in posizione di primo piano», ma «l'infatuazione suscitata dalle loro icone e dalle loro musiche sacre non rende loro giustizia» ed essi «restano un enigma».

Un enigma che non si scioglie completamente neppure attraverso il dialogo con il grande intellettuale Christos Yannaràs, il quale, in alcune pagine particolarmente intense, parla dell'Ortodossia e delle sue più alte manifestazioni, quali il canto e l'icona. Una menzione speciale va riservata al racconto sofferto e accorato che Colosimo fa della Chiesa russa perseguitata dal comunismo: fra il 1917 e il 1940 vennero distrutti 75.000 luoghi di culto e furono uccisi 600 vescovi, 40.000 sacerdoti e 120.000 fra monaci e monache. Ma la notizia che colpisce di più è quella del vescovo Beniamino, che morì benedicendo il plotone d'esecuzione.

Jean-Francois Colosimo
Il silenzio degli angeli
Jaca Book. Pagine 160


19/04/09

Addio a Franco Volpi

di Antonio Gnoli - 15/04/2009

Fonte: La Repubblica

Franco Volpi è morto. E il primo pensiero va alla lunga amicizia che ci ha legato nel corso degli anni. Guardo con gratitudine a quel legame che è stato intenso e singolare. Il professore e il giornalista. C´eravamo conosciuti in occasione di una polemica che aveva diviso la scena filosofica italiana e che riguardava Nietzsche e il suo presunto testo La volontà di potenza. Mi colpì l´intervento che Volpi fece su queste pagine: demoliva i colpevolisti - coloro che imputavano a Nietzsche la sciocchezza di essere un nazista ante litteram - con garbo e competenza. Dietro lo stile preciso e l´argomentazione esauriente si scorgeva un´inquietudine antiaccademica che col tempo imparai a conoscere. Gli chiesi se avesse voglia di collaborare con Repubblica e mi rispose che per lui sarebbe stato come evadere da una gabbia.
Visse l´università con insofferenza: si sentiva estraneo alle beghe accademiche, ai rapporti di potere, ai programmi normalizzanti. Eppure era all´apparenza un tradizionalissimo filosofo venuto su con il pane di Aristotele e di Plotino, con i timidi affacci in Germania, dove aveva cominciato a specializzarsi su Heidegger. Del filosofo della Selva Nera sapeva tutto, aveva letto tutto, frugato negli archivi, conosciuto le persone che gli erano state vicine e che potevano offrire una testimonianza di prima mano. Come il figlio Hermann, che andammo a trovare in una giornata di sole pallido, mentre tornavamo da Wilflingen, dove il giorno prima avevamo incontrato Ernst Jünger. Lungo la strada Volpi mi disse: «Sai, da queste parti abita il figlio di Heidegger. Non c´entra nulla con la filosofia, però gestisce l´intera eredità spirituale del padre». Gli chiesi se si poteva intervistare. Rispose che era molto difficile, e che aveva sempre rifiutato di incontrare i giornalisti. «Forse farà un´eccezione se sei tu a chiederglielo», replicai. Ci fermammo a pochi chilometri da Friburgo davanti a una cabina telefonica. Volpi lo chiamò e, con sorpresa di entrambi, Hermann Heidegger ci ricevette il giorno dopo. Quell´intervista fece il giro del mondo.
Se ripenso ai nostri viaggi, in Germania, in Francia, in Italia, mi torna in mente la sua velocità di pensiero. Sembrava un elfo contagiato dall´inquietudine. Credo si sentisse libero solo in movimento. Poteva coprire in macchina migliaia di chilometri su e giù per l´Europa - ha insegnato in molte università - o in aereo al di qua e al di là degli oceani, senza risentirne. Non so come facesse: un seminario a Nizza, una lezione a Jena, un convegno a Buenos Aires. Era un filosofo poliglotta. Non ho mai conosciuto nessuno che avesse la versatilità per le lingue che aveva Volpi.
Di tutti i viaggi fatti, di tutte le persone incontrate, di tutte le esperienze condivise - i luoghi, gli individui, i libri - mi resta chiarissima una frase che amava ripetere: «Sbagliano quelli che pensano che la vita si spiega con la filosofia. Per quanti sforzi il pensiero faccia, il risultato è sempre lo stesso: la filosofia arranca dietro la vita che se la ride». Volpi pensava da filosofo, ma agiva da uomo che vede il mondo andare in tutt´altra direzione. Era convinto che i filosofi avessero perso la curiosità, il gusto di meravigliarsi, di lasciarsi sorprendere, di gioire del nuovo. Credevano di avere in pugno il mondo e avevano in pugno solo se stessi.
Pochi giorni fa ci sentimmo per un articolo sulle posizioni espresse dal Papa su Nietzsche. Fu puntuale come al solito. La nostra amicizia cominciò con Nietzsche e si è interrotta con lui. Continueremo a seguire da lontano gli amici che se ne vanno. La loro morte è parte della nostra morte che si annuncia attraverso il lutto e il dolore. Ma è anche la vita che ci donano come esempio e ricordo. È l´immagine che si fa traccia, che supera il pianto e ci fa dire: ho avuto la fortuna di conoscerti.

Good-bye Heidegger

Il Sole 24 Ore Domenica 19.4.09

L’inedito di Franco Volpi censurato da Hermann Heidegger

Riportiamo qui di seguito parte di una lettera di Franco Volpi, morto prematuramente martedì scorso, ad Armando Massarenti - nel quadro di uno scambio in occasione della pubblicazione del volume di scritti heideggeriani che Massarenti aveva curato per il Sole 24 Ore - in cui lamentava la censura degli eredi sulla introduzione ai Beiträge di Heidegger (Contributi alla filosofia, traduzione di Franco Volpi e Alessandro Iadicicco, Adelphi 2007):
«Caro Massarenti, (...) Al mio ritorno [da Santiago del Cile] ho parecchie cose da raccontarti: la mia introduzione ai Beiträge (che stanno uscendo da Adelphi) è stata considerata troppo critica dal figliastro di Heidegger e censurata. È ancora in corso una trattativa per tentare di salvare capra e cavoli (dunque ti pregherei di mantenere ancora assoluto riserbo sulla questione), ma davvero mi viene voglia di seguire l'esempio di Maurizio Ferraris e scrivere un libello: Good-bye Heidegger. A Santiago del Cile, dove vado per una conferenza di chiusura al congresso di fenomenologia ed ermeneutica, volevo parlare di Heidegger e Wittgenstein, ma ho deciso cambiare tema e ho dato come nuovo titolo proprio questo: "Good-bye Heidegger. La mia introduzione censurata ai Beiträge"».
Era l’11 ottobre 2007. Qualche tempo più tardi, il 18 novembre, dopo ulteriori scambi, Franco Volpi spedì a Massarenti il brano più significativo che era stato censurato, rimasto finora inedito. Lo proponiamo qui per la prima volta. È un paragrafo dell’introduzione ai Contributi alla filosofia intitolato «Naufrago nel mare dell'Essere».

I «Contributi alla filosofìa»? «Il diario di un naufragio. Avventurandosi troppo in là nei mari dell'Essere, il suo pensiero va a fondo»
L’esperienza di Nietzsche vuota le metafore di Heidegger, tarpa i suoi slanci, mina alle fondamenta la costruzione dei Contributi alla filosofia. È forse un caso che Heidegger ponga in esergo ai due volumi dedicati a Nietzsche (1961) una epigrafe tratta dall'Anticristo che corrisponde esattamente alla conclusione dei Contributi? Questi terminano con una "fuga" che tratta dell'ultimo Dio, il primo capitolo del Nietzsche si apre con la citazione: «Quasi due millenni e non un solo nuovo dio!».
Forse Heidegger non è più riuscito a risollevarsi filosoficamente dal de profundis di Nietzsche. Nella triste luce dell'esaurimento, l'Essere - quest'ospite solitamente fugace dei nostri pensieri - rimane per il grande Heidegger l'ultima chimera che valga la pena di sognare. Tutti i suoi sforzi mirano a quest'unica meta, l'Essere, ma i sentieri si sono interrotti. La sua intermittente sperimentazione filosofica e il suo "procedere tentoni" in questo sogno hanno prestato il fianco a critiche da far tremare i polsi. Heidegger rifiuta la razionalità moderna con lo stesso gesto sottomesso con cui ne riconosce il dominio, richiama la scienza che "non pensa" ai suoi limiti, demonizza la tecnica fingendo di accettarla come destino, fabbrica una visione del mondo catastrofìsta, azzarda tesi geopolitiche quanto meno avventurose - l'Europa stretta nella morsa tra americanismo e bolscevismo - soffiando sul mito greco-germanico dell'originario da riconquistare. Anche le sue geniali sperimentazioni linguistiche implodono, e assumono sempre più l'aspetto di funambolismi, anzi, di vaniloqui. Il suo uso dell'etimologia si rivela un abuso (...). La convinzione che la vera filosofia possa parlare soltanto in greco antico e tedesco (e il latino?), una iperbole. La sua celebrazione del ruolo del poeta, una sopravvalutazione. Le speranze da lui riposte nel pensiero poetante, una pia illusione. La sua antropologia della Lichtung, in cui l'uomo funge da pastore dell'Essere, una proposta irricevibile e impraticabile. Enigmatico non è tanto il pensiero dell'ultimo Heidegger, bensì l'ammirazione supina e spesso priva di spirito critica che gli è stata tributata e che ha prodotto tanta scolastica.
Certo, i comuni mortali spesso deridono le soluzioni del filosofo solo perché non capiscono i suoi problemi. Dunque non è affatto detto che queste critiche colgano nel segno. Ma se fosse così, allora i Contributi alla filosofia sarebbero allora davvero il diario di bordo di un naufragio. Per avventurarsi troppo in là nel mare dell'Essere, il pensiero di Heidegger va a fondo. Ma come quando a inabissarsi è un grande bastimento, lo spettacolo che si offre alla vista è sublime.

18/04/09

Stranezze antartiche


Una cascata color rosso sangue nel ghiaccio perenne dell'Antartico, in una delle zone più difficili per la sopravvivenza di qualsiasi tipo di organismo, anche quelli microscopici. Eppure, proprio studiando questo ambiente molto particolare, gli scienziati stanno scoprendo molte cose riguardo alla vita sulla Terra.

“Le Crocodile” ovvero “La guerra del Bene e Male”

“Le Crocodile” ovvero “La guerra del Bene e Male(edito in italiano da Aedel nel 1999) è il lavoro più singolare e originale di Louis-Claude de Saint-Martin (qualcuno l'ha definita “un'opera anomala”). Il testo integrale autentico, nell'edizione originale del 1799 (ma già pronto nel 1792), con prefazione di Robert Amadou e un'analisi puntuale di Simonne Rihouët-Coroze, pubblicato per i tipi Triades-Editions a Parigi nel 1962 e poi nel 1979, era ormai esaurito e praticamente introvabile. La nuova edizione messa in cantiere dallo stesso Amadou si era bloccata a causa della scomparsa del nostro avvenuta il 14 marzo del 2006. Vi ha posto rimedio l'impareggiabile compagna di Amadou, Catherine. “Le Crocodile” appare dunque come il volume n. IX dell'opera omnia di Saint-Martin e con una filologica introduzione dell'amico editore Georg Olms.

Ma chi o cosa è questo “coccodrillo”? Il rettile in questione, incarnerebbe Nahash (il serpente mosaico), e forse meglio ancora Leviathan, che in ebraico significa letteralmente “qualcosa avvolto a spirale”. Nella Bibbia il termine Leviathan viene usato nel senso di “serpente marino” ma anche, appunto, di “coccodrillo”, simbolo assai eloquente del nemico Egitto, o più precisamente del suo Faraone (cfr. Giobbe, III, 8 e XL, 20). E' insomma la figura emblematica del principe di questo mondo, il signore dei demoni, Satana stesso, il falso Lucifero. Il Coccodrillo o se si preferisce il sauro, originario di Memphis, il “Filosofo Incognito” (così Saint-Martin firmava le sue opere) l'aveva incontrato fin dalla sua entrata nella cosiddetta carriera occultista, e precisamente tra i simboli dell'ordine degli “Eletti Coen”. Ne fece dunque il personaggio centrale del suo poema "epico-magico" in 102 canti. Attribuito ad un sedicente "dilettante di cose nascoste" di cui sarebbe l'opera postuma, il racconto sviluppa, “sotto il velame delli versi strani” e dell'allegoria delle verità assai ardue e attualissime. Così la vicenda era molto ben sintetizzata dall'editore italiano Aedel: "schierate sul campo di battaglia, nel cuore di Parigi, due armate, un misterioso e potente ebreo, un fedele luogotenente di polizia cui sarà dato il potere di vedere nella fiamma di una candela lo svolgersi degli avvenimenti futuri, l'intraprendente Ourdeck che il furore della battaglia precipita in una spaventosa voragine dove percorrerà i misteri di Atlantide, e il Coccodrillo: terribile animale che, incatenato alla Piramide d'Egitto, approda sulle rive della Senna per affermare il volere del suo signore".

Il “Coccodrillo” è un racconto sorprendente e curioso che si può leggere, volendo, anche come un molto istruttivo testo di demonologia o di teodicea. Ma sembra imprescindibile conoscerne a fondo l'Autore e la sua storia.

(Le Crocodile, Louis-Claude de Saint-Martin, Editions Olms 2009, Vol. IX dell'Opera Omnia)

16/04/09

Morto Giano Accame, addio al grande intellettuale

Nato a Stoccarda, nella Germania meridionale, da madre tedesca e padre italiano, ufficiale di Marina, il 30 luglio del 1928, Giano Accame è stato un importante intellettuale, giornalista, scrittore e storico italiano. Pensatore ‘eretico’ della destra, apprezzato a destra quanto a sinistra, per le sue posizioni ‘diverse’, tanto da meritarsi la nomina di fascista di sinistra. A Claudio Sabelli Fioretti, in un'intervista del 2004, ha detto: "Una sera ero a cena da Mughini. C’erano Paolo Mieli, Fiamma Nierenstein, Andrea Marcenaro e sua moglie Franca Fossati. La Fossati commentò con il marito: 'Bravo quel compagno!' Sembra a volte che gli estremi si tocchino" .Morto a Roma il 15 aprile, aveva un record unico tra i giovani di Salò: arruolatosi la mattina del 25 aprile 1945, "la sera ero già in galera. Non ho mai fatto il miles gloriosus anche per questo. Avevo 16 anni", ha detto di recente in un’intervista all’Ansa. Cresciuto a Loano, passa l’infanzia a Monfalcone e frequenta quasi tutte le scuole a La Spezia. Poco prima di compiere 17 anni si arruola nella Marina per la Repubblica sociale italiana, ma come racconterà lui stesso a Sabelli Fioretti nella già citata intervista, è stato arrestato subito mentre tentava di andare da Brescia a Milano su una Topolino. Dopo una dozzina di giorni di prigionia, riesce a fuggire. La sua carriera politica inizia nel 1946, quando a Loano fonda la sezione del Fronte degli Italiani, una formazione che, circa un paio di mesi dopo, confluisce nel Movimento sociale italiano; prosegue il suo impegno politico, in un periodo – ricorda lo stesso Accame a Sabelli Fioretti – “in cui destra e sinistra si parlavano”.

LA CARRIERA GIORNALISTICA - Rimane nei vertici dell’Msi fino al 1956, quando intraprende la carriera giornalistica : prima collabora con “Tabula Rasa”, fucina di pensatori della destra e giornale di opinione. Passa poi, come capo redattore, al settimanale “Cronaca italiana” nella redazione locale toscana, e nel 1958 entra nella redazione de “Il Borghese”, il periodico politico fondato nel 1950 da Leo Longanesi e che tra i suoi collaboratori ha annoverato, tra gli altri, Indro Montanelli, Ardengo Soffici, Giovanni Spadolini e Marco Travaglio. Qui Accame rimane per 10 anni, fino al 1968, anno in cui lascia per contrasti interni, stesso anno in cui lascia anche l’Msi, di cui è stato dirigente e uno dei più stretti collaboratori di Randolfo Pacciardi, il padre del presidenzialismo italiano. È poi stato redattore di alcune tra le più importanti riviste della destra italiana – “Fiorino”, “L’Italia settimanale” – ha collaborato con “Il Sabato”, “Lo Stato”, “Pagine Libere”, “Letteratura”. Dal 1988 al 1991 è stato direttore de “Il Secolo d’Italia”, che per ricordarlo domani pubblicherà quattro pagine dedicate ad Accame. Alla notizia della morte del direttore, la redazione ha ricordato "la sua indipendenza di giudizio, il suo spessore intellettuale e la sua generosità, un tratto così specifico e raro in chi è capace di profondità di pensiero. Nel suo primo editoriale sul Secolo, il 16 dicembre di ventuno anni fa, scriveva - ricorda il quotidiano - di amare 'la gente fedele, dignitosa e fiera' alla quale sentiva di appartenere comunque, nonostante gli scarti di 'insofferenza e di impazienza' che lo avevano portato su un percorso tutto suo, spesso lontano da quello del partito". "Ricordiamo, ancora - continua il giornale - la sua capacità di guardare oltre la notizia, di trasformare il giornalismo in missione e in messaggio con l'ironia e l'autoironia che non manca mai a chi è veramente 'del mestiere' e con la capacità di apprezzare i talenti più giovani. In tutto questo ci è stato maestro, per questo lo ringraziamo" .
Durissimo con Gianfranco Fini, al quale non risparmiò critiche quando quest’ultimo, a Gerusalemme, definì la Repubblica di Sarò ‘il male assoluto’. Ha reagito duramente e, al convegno organizzato da Francesco Storace all’Hotel Hilton di Roma, ha sottolineato che il grosso problema di Fini è l’intelligenza che gli manca.

LIBRI E PUBBLICAZIONI - È stato ricercatore per gli Annali dell'economia italiana (Ipsoa) di Epicarmo Corbino e Gaetano Rasi. Fino all’ultimo, ha diretto la rivista online www.passarealbosco.it. Autore prolifico, nella sua carriera ha scritto “Socialismo tricolore” (Editoriale Nuova, Milano1983), “Una storia della Repubblica. Dalla fine della monarchia a oggi” (Rizzoli, Milano 2000), "Il fascismo immenso e rosso”, “Ezra Pound economista. Contro l'usura”, “La destra sociale”, “Il potere del denaro svuota le democrazie” e “Dove va la destra? - Dove va la sinistra?, interviste a Giano Accame e Costanzo Preve”, tutte per le Edizioni Settimo Sigillo di Roma, dal 1990 al 2004. Molti i volumi che ha curato, tra cui “Homo Oeconomicus”, insieme a Roberto Michels, “L’idea partecipativa” con Filippo Carli, “Giuseppe Mazzini, Interessi e Principii”. Su di lui esiste uno speciale in "Letteratura - Tradizione" n. 42 (2008), per i suoi ottant'anni, con contributi di Massimo Bacigalupo, Claudio Bonvecchio, Luigi G. de Anna, Simone Paliaga, Giuseppe Parlato, Caterina Ricciardi, Mario Bernardi Guardi, Giuliano Borghi, Mary de Rachewiltz, Gianfranco de Turris, Giorgio Galli, Carlo Gambescia, Luciano Garibaldi, Sandro Giovannini, Mario La Floresta, Sergio Pessot, Luca Leonello Rimbotti, Marcello Staglieno, Piero Vassallo, Marcello Veneziani, Ernesto Zucconi, Alain de Benoist, Tim Redman, Demetres P. Tryphonopoulos.
(di Arianna Luciani)

Franco Volpi vittima di un tragico incidente

Vicenza, 15 apr. (Adnkronos) - Lo storico della filosofia Franco Volpi, 57 anni, specialista del pensiero tedesco e della tradizione aristotelica, e' morto ieri notte nel reparto di rianimazione dell'ospedale di Vicenza dove era ricoverato in stato di coma. Lo studioso, professore ordinario di storia della filosofia all'universita' di Padova, era rimasto vittima lunedi' scorso di un incidente stradale mentre si trovava in sella alla sua bicicletta a San Germano dei Berici (Venezia). A Volpi, considerato uno dei maggiori studiosi di Martin Heidegger, sono stati espiantati tutti gli organi utili. La Procura ha aperto un fascicolo con l'ipotesi di omicidio colposo per l'automobilista che ha travolto il filosofo appassionato cicloamatore.
Nato a Vicenza nel 1952, citta' nella quale risiedeva, Franco Volpi ha tenuto conferenze e seminari in numerose universita' europee ed americane ed e' stato 'visiting professor' nell'universita' Laval del Quebec e negli atenei di Poitiers e di Nizza. Era membro dei comitati scientifici di numerose riviste, tra le quali "Philosophischer Literaturanzeiger", "Brentano Studien", "Husserl Studien", "Les Etudes Philosophiques", "Internationale Zeitschrift fur Philosophie", "Iride", "Filosofia politica" e "Informazione filosofica".

Volpi era consulente per la filosofia per la casa editrice Adelphi come specialista del pensiero tedesco contemporaneo, per la quale aveva curato numerose opere di Heidegger. Nel 1989 gli era stato assegnato il Premio Montecchio per la traduzione letteraria ed era un collaboratore del quotidiano ''La Repubblica''.

Gli interessi di Franco Volpi vertevano soprattutto sul pensiero tedesco e sulla filosofia di tradizione aristotelica, che si prolunga fin dentro la fondazione brentaniana della psicologia da un punto di vista empirico della riflessione heideggariana sulla fisica. Nell'ultimo decennio aveva affrontato il problema del nichilismo, inteso non come semplice corrente di pensiero o avventura di avanguardie intellettuali, ma espressione di un piu' generale malessere della nostra cultura. Ha tradotto e curato opere di Hans Georg Gadamer, Martin Heidegger, Arthur Schopenauer, Carl Schmitt e Rosa Luxemburg.

Volpi e' autore di una vasta bibliografia che comprende, tra gli altri libri, ''Il nichilismo'' (Laterza, 1996), ''Hegel e i suoi critici'' (Laterza, 1998), ''Heidegger e Brentano: l'aristotelismo e il problema dell'univocita'' dell'essere nella formazione filosofica del giovane Martin Heidegger'' (Cedam, 1976), ''La rinascita della filosofia pratica in Germania'' (Francisci, 1980), ''Heidegger e Aristotele'' (Daphne, 1984), ''Lexikon der philosophischen Werke'' (Kroner, 1988), ''Sulla fortuna del concetto di 'decadence nella cultura tedesca: Nietzsche e le sue fonti francesi'' (Il Mulino, 1995). Con il suo maestro Enrico Berti ha curato il terzo volume della ''Storia della filosofia'' pubblicato da Laterza nel 1991.
(Fonte: www.adnkronos.com)

15/04/09

L’enigma del manoscritto Voynich

Ha fatto impazzire storici e linguisti di ogni Paese, ha resistito agli attacchi dei crittografi di eserciti e servizi segreti di mezzo mondo, ha sconfitto i più sofisticati software di decifrazione di codici, ha ammutolito scienziati e filosofi. È un piccolo volume formato da un centinaio di fogli scritti a mano, di cui non si conosce l’autore, né la data né il luogo di composizione: è conosciuto come «manoscritto Voynich», dal nome inglesizzato dell’antiquario russo di origini polacche Wylfrid Wojnicz che lo acquistò per il suo negozio londinese dai gesuiti del collegio di Villa Mondragone, a Frascati, nel 1912. Ed è considerato l’enigma letterario più sorprendente di tutti i tempi, il libro più misterioso della storia. Che nessuno è in grado di leggere.
Risalente a un periodo compreso fra la fine del Quattro e la prima metà del Cinquecento, scritto in una lingua misteriosa e indecifrabile, arricchito da numerose illustrazioni a colori di piante ignote ai botanici, animali rari, strane figure femminili, stelle e diagrammi, il «manoscritto Voynich» resiste da mezzo millennio a ogni tentativo di decodificazione e traduzione: ha battuto i geroglifici egizi, la scrittura cuneiforme, persino la leggendaria Lineare B minoica. Il suo silenzio è impenetrabile. Pochissimi lo hanno potuto maneggiare - il manoscritto è custodito alla Beinecke Rare Book Library dell’università di Yale -, qualche studioso lo conosce attraverso la riproduzione pubblicata dall’editore francese Jean-Claude Gawsewitch nel 2005, i più ne hanno solo sentito parlare, tramandando il «mistero» attraverso studi specialistici, siti internet, persino romanzi fantasy.
Oggi la storia di questo occulto rompicapo letterario è raccontata, insieme ai numerosi tentativi di decifrazione e alle più fantasiose ipotesi interpretative - un messaggio in codice di una civiltà extraterrestre, un clamoroso falso rinascimentale, un’“enciclopedia” di arcani saperi per una setta di iniziati... - è ripercorsa dal primo saggio scientifico dedicato all’argomento mai apparso in Italia: L’enigma del manoscritto Voynich dello studioso argentino Marcelo Dos Santos (Edizioni Mediterranee, 2009).
Secondo una lettera in latino, datata 1666 e trovata allegata al testo, il volume fu acquistato nel 1568 dall’imperatore Rodolfo II d’Asburgo, collezionista di nani per il divertimento della corte e di libri esoterici ed altre mirabilia per il proprio piacere. Poi nel XVII secolo scomparve, per riapparire agli inizi del ’900 nella biblioteca gesuita dove lo trovò Wojnicz.
Ma chi l’ha scritto, e perché? Nel 1921 il filosofo statunitense William R. Newbold, specialista in codici cifrati nella Prima guerra mondiale, sostenne che il manoscritto fosse opera del filosofo Ruggero Bacone (1214-93). Altri, confondendo il cognome di Ruggero Bacone, del filosofo rinascimentale Francis Bacon. Negli anni Cinquanta il crittografo americano William Friedman individuò una serie di “ridondanze”, ossia ripetizioni di alcune parole, simili alle formule chimiche, ipotizzando si trattasse di un antico erbario. Nel 1962 Edith Sherwood fece notare la similitudine fra la calligrafia del manoscritto e la scrittura speculare di Leonardo da Vinci; nel 1978 il linguista John Stojko considerò il testo una raccolta di lettere scritte in ucraino, successivamente codificate, ma senza capirne il senso; mentre negli anni Ottanta il fisico Leo Levitov assicurò che il manoscritto fosse opera degli eretici Catari e che celasse i segreti del Giardino dell’Eden. Infine lo psicologo inglese Gordon Rugg, docente di Scienze del calcolo all’Università di Keele, nel 2003 è giunto alla conclusione che si tratti di un falso cinquecentesco, realizzato dall’avventuriero elisabettiano Edward Kelley con la complicità dell’alchimista John Dee per vendere, dietro un compenso di 600 monete d’oro, un testo incomprensibile abilmente contraffatto all’imperatore Rodolfo II. Senza però riuscire del tutto a convincere esperti e profani della reale natura dell’unico libro esistente che nessuno sa leggere: un trattato di alchimia in codice, il delirio di un pazzo, una scrittura perduta o una beffa d’artista?

(Fonte: Il Giornale; 05 Marzo 2009)

13/04/09

Quel terremoto "politicamente non corretto"

Strane dimenticanze

di Filippo Giannini

<Deve esserci un esame di coscienza senza discriminanti né colorite politiche riguardo a chi ha avuto responsabilità. Bisogna vedere come sia potuto accadere che non siano state attivate indispensabili norme, che erano state tradotte in legge e chiedersi come non siano scattati necessari controlli>.

Sono parole del Presidente della Repubblica Giorgio Napolitano, parole apparentemente condivisibili. Ma sono parole e i fatti dimostreranno, una volta ancora che, individuati i colpevoli di un così grave danno, cioè coloro che non hanno attivato quelle norme che erano state tradotte in legge, costoro, con marchingegni e raggiri riusciranno a farla franca. Come ultima eventualità potranno godere di un più che certo nuovo indulto o amnistia. L’uno e l’altra tanto comuni in questo Paese dei diritti e della libertà.

Credo di essere una persona equilibrata, pertanto voglio riconoscere che nel caso del funesto terremoto che ha sconquassato l’Abruzzo, gli interventi sono stati tempestivi ed efficaci.

Ripeto, sono una persona equilibrata, ma molto scettico sulle capacità ed onestà della classe dirigente scaturita dalla liberazione, di conseguenza ritengo che gli interventi sopra indicati non siano altro che la ripetizione (e questo sarebbe già cosa apprezzabile) di quanto si verificò a seguito di quel terremoto avvenuto alcuni decenni fa, terremoto non politicamente corretto.

Ci avete fatto caso che i mezzi di informazione hanno ricordato i principali sismi che si sono verificati nel secolo scorso, partendo proprio da quello che interessò Messina e Reggio Calabria nel 1908, la Sicilia 1967, l’Irpinia 1980, l’Umbria 1997, ma hanno dimenticato quello del 1930. Perché?

Provo a rispondere. Prima di affrontare il tema debbo parlare di me, ma brevemente, non vi preoccupate, e poi siano i lettori a giudicare sul “perché?”.

Ho lavorato diversi anni all’estero, ma nel mio pendolare mi trovai in Italia nel 1980, proprio nell’anno del terremoto che devastò l’Irpinia. Nelle ore immediatamente successive al tragico evento, ascoltavo le ultime notizie alla radio e fui colpito da una stranezza: un contadino del luogo che stava rispondendo alle domande di un intervistatore, raccontava di aver avuto la casa completamente distrutta e, cosa ancor più grave, di aver perso una figlia. Alle insistenti domande del giornalista, il pover’uomo rispondeva che tutto il paese era stato raso al suolo, ma le uniche case che avevano resistito al sisma erano quelle costruite a seguito del terremoto del 1930. A questo punto il contatto si interruppe, ma in modo così maldestro da convincermi che era cosa voluta.

1930? Un terremoto? Non ne sapevo niente. Incuriosito volli indagare e scoprii cose turche, turchissime.

Prima di addentrarmi ancora nel discorso, chiedo venia perché questo argomento fu da me trattato in altra occasione e per alcuni lettori potrei sembrare ripetitivo.

Ecco dunque i fatti, ricordando che stiamo trattando di un avvenimento accaduto quasi ottanta anni fa, quando le attrezzature tecniche non erano così sofisticate come quelle di oggi.

La notte del 23 luglio 1930 uno dei terremoti più devastanti (6,5° Scala Richter) che la nostra storia ricordi (1.500/2.000 morti) colpì vaste aree della Campania, della Lucania e del Subappennino pugliese: all’incirca, cioè, quelle stesse regioni colpite dal sisma del novembre 1980 (6° Scala Richter).

Mussolini, appena conosciuta la notizia, convocò il Ministro dei Lavori Pubblici Araldo Di Crollalanza, certamente uno dei più prestigiosi componenti del Governo di allora e gli affidò l’opera di soccorso e di ricostruzione.

Araldo Di Crollalanza, in base alle disposizioni ricevute e giovandosi del RDL del 9 dicembre 1926 e alle successive norme tecniche del 13 marzo 1927 (ecco come è nata la Protezione Civile), norme che prevedevano la concentrazione di tutte le competenze operative, nei casi di catastrofe, nel Ministero dei Lavori Pubblici, il Ministro fece effettuare, nel giro di pochissime ore, il trasferimento di tutti gli uffici del Genio Civile, del personale tecnico, nella zona sinistrata, così come era previsto dal piano di intervento e dalle tabelle di mobilitazione che venivano periodicamente aggiornate.

Secondo le disposizioni di legge, sopra ricordate, nella stazione di Roma, su un binario morto, era sempre in sosta un treno speciale, completo di materiale di pronto intervento, munito di apparecchiature per demolizioni e quant’altro necessario per provvedere alle prime esigenze di soccorso e di assistenza alle popolazioni sinistrate. Sul treno presero posto il Ministro, i tecnici e tutto il personale necessario. Destinazione: l’epicentro della catastrofe.

Naturalmente, come era uso in quei tempi, per tutto il periodo della ricostruzione, Araldo Di Crollalanza non si allontanò mai dalla zona sinistrata, adattandosi a dormire in una vettura del treno speciale che si spostava, con il relativo ufficio tecnico da una stazione all’altra per seguire direttamente le opere di ricostruzione.

C’è la testimonianza di un giovane di allora, il signor Liberato Iannantuoni di Meda (Mi) che ricorda: <Nella notte del 23 luglio 1930, il terremoto distrusse alcuni centri della zona ai limiti della Puglia con la Lucania e l’avellinese, in particolare Melfi, Anzano di Puglia, Macedonia. Proprio tra le macerie di questo borgo, all’indomani del terribile sisma, molte personalità del tempo accorsero turbate da tanta straziante rovina, fra le quali il Ministro dei Lavori Pubblici Araldo Di Crollalanza. Avevo allora 22 anni, unitamente ad altri giovani fummo comandati allo sgombero delle macerie. Ecco perché conobbi da vicino Crollalanza; si trattenne un po’ con noi con la serena e ferma parola di incitamento al dovere; restò per me l’uomo indimenticabile per i fatti che seguirono. Tutto quello che il sisma distrusse nell’estate 1930, l’anno nuovo vide non più macerie, ma ridenti case coloniche ed altre magnifiche costruzioni con servizi adeguati alle esigenze della gente del luogo. Moderne strade fiancheggiate da filari di piante ornamentali; si seppe anche che costi occorrenti furono decisamente inferiori al previsto (…)>.

Ecco, caro lettore, perché quel terremoto non è politicamente corretto. Ma oltre a quello cui ho appena accennato: c’è ben altro.

I lavori iniziarono immediatamente. Dopo aver assicurato gli attendamenti e la prima opera di assistenza, si provvide al tempestivo arrivo sul posto, con treni che avevano la precedenza assoluta di laterizi e di quant’altro necessario per la ricostruzioni. Furono incaricate numerose imprese edili che prontamente conversero sul posto, con tutta l’attrezzatura. Lavorando su schemi di progetti standard si poté dare inizio alla costruzione di casette a pian terreno di due o tre stanze (1) anti-sismiche, particolarmente idonee a rischio. Contemporaneamente fu disposta anche la riparazione di migliaia di abitazioni ristrutturabili, in modo da riconsegnarle ai sinistrati prima dell’arrivo dell’inverno. Si evitava in questo modo che si verificasse quanto accaduto nel periodo pre-fascista e quanto accadrà, scandalosamente, nell’Italia post-fascista: la costruzione di baracche, così dette provvisorie, ma che sono, invece, di una provvisorietà illimitata.

Sembra impossibile (data l’Italia di oggi): a soli tre mesi dal catastrofico sisma, e precisamente il 28 ottobre 1930 – come a simboleggiare che con determinati uomini i miracoli sono possibili – le prime case vennero consegnate alle popolazioni della Campania, della Lucania e delle Puglie. Furono costruite 3.746 case e riparate 5.190 abitazioni.

Ma, caro lettore, che vivi in questa Italia di piena libertà, ascolta come Mussolini salutò il suo Ministro dei Lavori Pubblici al termine della sua opera: <Eccellenza Di Crollalanza, lo Stato italiano La ringrazia non per aver ricostruito in pochi mesi perché era Suo preciso dovere, ma la ringrazia per aver fatto risparmiare all’erario 500 mila lire>.

Sì, avete capito bene: fate un raffronto con quanto accadde a seguito del terremoto del 1980.

Ricordo che nel corso di una trasmissione televisiva, ad un certo momento un pover’uomo telefonò alla RAI e disse che dal 1980 viveva in Irpinia dentro un container e ancora aspettava la casetta.

Avete ora capito perché i quaquaraqua considerano il terremoto del 1930 politicamente non corretto?

Dato l’interesse dell’argomento e per rinnovare la memoria di quel che fu, riporto quanto il signor Adolfo Saccà di Roma scrisse al direttore de “Il Giornale d’Italia” il 28 novembre 1988: <Il terremoto del 1908 ridusse in fumanti macerie Reggio Calabria, Messina e le cittadine di quelle due province. Con l’aiuto di mezzo mondo ben presto furono costruiti interi baraccamenti per il ricovero dei superstiti. Ed in quelle baracche vivemmo per ben venti lunghissimi anni! Dal 1908 al 1928. Finché nel 1928 Mussolini lasciò la capitale per recarsi in Sicilia. Il Capo del Governo poté vedere dai finestrini della sua carrozza, riportandone vivissima impressione, il succedersi ininterrotto di baracche già vecchie e stravecchie. L’anno dopo al loro posto c’erano già in tutti i paesi terremotati altrettante belle, decorose palazzine che ancora oggi testimoniano il sollecito, deciso intervento di Mussolini che ci tolse, finalmente! Dalla miserrima condizione di baraccati>.

Non so se per questa lettera il signor Saccà sia incorso nelle sanzioni previste dalle leggi Scelba, Reale o Mancino.

Nella situazione dell’attuale cataclisma abruzzese, sapete amici lettori cosa mi preoccupa di più? Quel che ha detto Berlusconi: egli avrebbe giurato sulle bare delle povere vittime che tutto sarebbe stato ricostruito bene e subito. Questo giuramento mi ricorda quello pronunciato dal suo lacché Gianfranco Fini che giurò sulle bare di Romualdi e di Almirante che sarebbe stato <l’artefice del Fascismo del XXI Secolo>.

Se tanto mi dà tanto…


1) Qualcuno sostiene che le prime strutture anti-sismiche furono messe in opera negli anni ’60. Menzogna. Le casette anti-sismiche costruite nel 1930 furono progettate ingabbiandole in strutture portanti in cemento armato e furono quelle che resistettero al sisma del novembre 1980.

12/04/09

Resurrezione

Matthias Grunewald - Resurrezione - 1515 -
Altare di Isenheim - Museo Unterlinden, Colmar

11/04/09

Sindone: "Perchè ci sono più prove a favore che contro"

E' dal 1988, dalla famosa datazione al radiocarbonio, che l'interesse per la Sindone ha ricevuto un duro colpo. Quella datazione sembrava dimostrare in modo "scientifico" che la Sindone era un falso medievale. Tutta la stampa mondiale aveva pubblicato la notizia con grande risalto, come se la sentenza di condanna fosse stata pronunciata una volta per tutte. Così, da allora, un'intera generazione di giovani, purtroppo, è cresciuta senza sapere niente, o quasi niente, sulla Sindone, che è stata relegata nel dimenticatoio, come uno dei tanti falsi creati dal "buon cuore" popolare.
Ma da allora sono passati vent'anni e gli studi sono proseguiti, le tecniche si sono raffinate, le documentazioni a favore dell'autenticità storica si sono moltiplicate. La televisione nazionale inglese (BBC) ha trasmesso il 22 marzo di quest'anno un documentario in cui il direttore del Laboratorio del Radiocarbonio di Oxford ammette che quella operazione deve essere messa in discussione. Oggi dunque si aprono nuove prospettive.
Si sono moltiplicate anche le pubblicazioni scientifiche sull'argomento. L'origine dell'immagine è veramente misteriosa. Non è certamente un dipinto, perché non ci sono tracce di pigmenti, né organici, né inorganici. Inoltre l'immagine è stata prodotta dal contatto con un corpo tridimensionale, perché i punti dell'immagine hanno una diversa intensità luminosa in rapporto alla pressione esercitata dal lenzuolo sul corpo. Ci sono tracce di sangue umano, del gruppo AB, molto raro, allora, in Europa, ma molto diffuso in Palestina. Queste tracce di sangue umano confermano tutte le ferite raccontate nei Vangeli.
Anche la botanica ha dato il suo contributo, individuando sulla Sindone più di cinquanta pollini, la maggioranza dei quali proviene da piante palestinesi. E' stata addirittura individuata la traccia di una o forse due monete romane dell'epoca di Ponzio Pilato, in prossimità delle palpebre, a conferma dell'uso antico di chiudere gli occhi del defunto con monete.
Ma la scoperta più interessante è che il processo di coagulo e di scioglimento della fibrina del sangue sindonico risulta interrotto dopo un periodo di 36 - 40 ore di contatto del corpo con il lenzuolo. Proprio il periodo di permanenza del corpo di Gesù nel sepolcro, secondo i racconti evangelici. Poi, secondo gli studi appena pubblicati del prof. Giulio Fanti, docente universitario di Padova, un lampo di luce ha irradiato sul tessuto un'immagine che la scienza ancora oggi non riesce non solo a riprodurre, ma neppure a spiegare. Infatti solo le fibrille superficiali del lino risultano colorate, un fenomeno che non ha paragoni in natura. Anche l'assenza di tracce di decomposizione e il contorno senza sbavature delle macchie di sangue è un fenomeno inspiegabile per la scienza allo stato attuale. Insomma la Sindone si sta rivelando sempre più chiaramente come un segno silenzioso che ci invita a riflettere sul mistero del dolore e dell'amore del Figlio di Dio.

(Autore: Marco Fasol, docente di Filosofia e sindonologo coautore con Corona Perer del libro "Uomo della Sindone un'immagine tra scienza e mistero", Ed. La Grafica, 2009 )

06/04/09

E' morta la storica Marta Sordi

Marta Sordi, professore emerito di storia greca e romana dell'Università Cattolica di Milano, autorevole studiosa della storia dei rapporti fra Cristianesimo e Impero romano, è morta ieri a Milano all'età di 83 anni. Era nata a Livorno il 18 novembre 1925. L'annuncio della scomparsa è stato dato oggi dalla sua famiglia e dall'ateneo del Sacro Cuore fondato da padre Agostino Gemelli.
Per oltre un trentennio docente all'Università Cattolica e direttore dell'Istituto di Storia antica della Facoltà di Lettere e filosofia, autrice di una vasta bibliografica, Sordi era particolarmente nota per alcuni importanti libri, tra i quali "I cristiani e l'Impero romano", "Guerra e diritto nel mondo greco e romano" e "Il mondo greco dall'età arcaica ad Alessandro Magno". Fondamentali anche i contributi della storica sulla presenza di San Paolo e San Pietro a Roma e sulla nascita delle prime comunità cristiane.
Membro dell'Accademia di Scienze e Lettere dell'Istituto Lombardo e dell'Istituto di Studi Etruschi, nel 1997 Marta Sordi ha ricevuto la medaglia della Città di Parigi, nel 1999 la medaglia d'oro per i benemeriti della cultura dall'allora presidente della Repubblica Carlo Azeglio Ciampi e nel 2002 la Rosa Camuna della Regione Lombardia. L'eccezionale produzione scientifica di Marta Sordi ha spaziato dalla storia greca, sia sulla madrepatria (oltre a numerosi articoli spicca la monografia "La lega tessala fino ad Alessandro Magno" del 1958), sia sulle vicende della grecità d'Occidente (con gli studi su Timoleonte del 1961, e i volumi "La Sicilia dal 368 al 336 a.C.", pubblicato dall'editore L'Erma di Bretschneider nel 1983, e "La dynasteia in Occidente. Studi su Dionigi I", edito da Esedra nel 1992), alla storia romana, con particolare riferimento alla prima e media età repubblicana (in particolare con contributi innovativi quali "I rapporti romano-ceriti e l'origine della civitas sine suffragio" del 1960, "Roma e i Sanniti nel IV secolo a. C.", edito da Cappelli nel 1969, e "Il mito troiano e l'eredità etrusca di Roma", apparso da Jaca Book nel 1988).




05/04/09

A Urbino il "Sogno del cavaliere"


Il Sogno del Cavaliere di Raffaello Sanzio (1504-5)

Un giovane cavaliere giace placidamente addormentato tra due figure femminili che lo vegliano. Sono la Virtus e la Voluptas. Benchè esse simboleggino due caratteri opposti, fra di loro non si nota alcuna violenta contrapposizione, anzi convergono verso il giovane il quale, consapevole di quanto erta sia la strada della virtù e quanto pianeggiante e amena quella della voluttà, sa che entrambe possono venir da lui percorse. Il tema echeggia quello del Somnium Scipionis ed è desunto da un testo latino di Silio Italico.

5 aprile - 12 luglio 2009
Urbino, Palazzo Ducale Galleria Nazionale delle Marche

Urbino non fu solo la città natale di Raffaello, ma determinò in modo significativo la sua formazione, restando per tutta la sua vita un punto di riferimento essenziale. Partendo da questo presupposto, la grande mostra che si apre nel Palazzo Ducale di Urbino nella prossima primavera intende recuperare e valorizzare proprio questa stretta connessione tra Raffaello e la sua città natale.
La mostra, allestita nel Salone del Trono e nelle sale dell'Appartamento della Duchessa del Palazzo Ducale, si pone l'obiettivo di ricondurre la prima formazione di Raffaello alla grande cultura espressa dalla corte urbinate e soprattutto all'influenza del padre Giovanni Santi e presenta i capolavori giovanili di Raffaello (20 dipinti e 19 disegni originali), messi in rapporto alla pittura del padre e di altri pittori vicini alla fase giovanile della sua formazione ad Urbino (32 dipinti e 10 disegni).
Una sezione della mostra è inoltre dedicata al rapporto dell'opera di Raffaello con la più importante produzione del ducato di Urbino, la maiolica, basata sulle immagini raffaellesche. Sarà visibile, per la prima volta, un pezzo mai esposto, derivato direttamente da un disegno originale e non da un'incisione di Raffaello, assieme a numerosi esempi fra i più preziosi di questa produzione.
Raffaello nacque nel 1483 e fu di certo, come ricordano le fonti, un fanciullo prodigio. Ciononostante la storiografia ha troppo spesso trascurato la conoscenza dei suoi anni giovanili, la cui ricostruzione ci appare oggi come fondamentale. Le ricerche archivistiche in corso hanno peraltro portato alla luce un numero incredibile di nuovi documenti che mostrano il tessuto artistico in cui si forma il giovane Raffaello e gli stretti legami, mai recisi, con la sua città natale, sia artistici che economici. La presenza di Bramante a Urbino, che sarà poi il più valido supporto alla sua carriera romana, la possibile influenza di altre personalità presenti nella città ducale come Girolamo Genga e Timoteo Viti, rendono molto interessante esplorare questo terreno. Senza trascurare il rapporto con Perugino che la tradizione storiografica, da Vasari in poi, ha messo al centro della sua formazione e che sarà naturalmente indagato nel percorso espositivo.
La mostra è promossa dal Ministero per i Beni e le Attività Culturali, Direzione regionale per i Beni Culturali e Paesaggistici delle Marche, Soprintendenza per i Beni Storici Artistici e Etnoantropologici delle Marche, dalla Regione Marche, dalla Provincia di Pesaro-Urbino, dal Comune di Urbino e dalla Fondazione Cassa di Risparmio di Pesaro. L'organizzazione è affidata a Gebart in collaborazione con Civita.
(Fonte: www.urbinoeprovincia.com)

04/04/09

Emile Cioran: Schimbarea la faţă a României

Era il suo libro maledetto. Quello che aveva cercato di nascondere. Un violento pamphlet dove, accanto alla dichiarata infatuazione per il fascismo, non mancano pagine impregnate di xenofobia e antisemitismo. Schimbarea la fata a Romaniei (Trasfigurazione della Romania) è questo il titolo dell´opera che Emile Cioran scrisse e pubblicò a Bucarest nel 1936. Un libro percorso da un cieco fanatismo di cui in seguito si pentì. Ancora molti anni dopo, nel 1973, in una lettera al fratello non si capacitava di quell´errore giovanile: «L´epoca in cui ho scritto Trasfigurazione della Romania è per me incredibilmente lontana. A volte mi domando se sia stato proprio io a scriverlo. In ogni caso, avrei fatto meglio ad andare a spasso nel parco di Sibiu... L´entusiasmo è una forma di delirio.»
Di quel libro impresentabile, lo scrittore, che all´inizio degli anni Quaranta si era trasferito definitivamente in Francia, continuò a vergognarsi, tanto è vero che molti anni dopo, quando decise di ripubblicarlo a Bucarest, eliminò le parti più compromettenti. «Ho pensato che fosse mio dovere sopprimere certe pagine pretenziose e stupide», scrisse nella prefazione, rimuovendo così quel passato ingombrante e scandaloso. Agli specialisti quelle pagine erano note da tempo, ma ben pochi avevano potuto leggerle, anche se qualche anno fa Patrice Bollon ne aveva utilizzato alcuni passi nella sua biografia Cioran l´héretique. Oggi però è finalmente possibile consultare l´opera nella sua totalità, dato che ne è appena arrivata nelle librerie francesi la prima traduzione integrale: Transfiguration de la Romanie (L´Herne, pagg.344), che per il Figaro è un «documento storico e letterario importantissimo», da leggere come «la confessione di un giovane disperato, segnato dalla lettura del Declino dell´Occidente di Oswald Spengler, esasperato per essere nato in un paese senza storia, accecato dal miraggio totalitario e contaminato dalle teorie antisemite».
Nel 1936, Cioran ha venticinque anni. Negli anni precedenti, è stato in Germania, dove è rimasto affascinato dall´ascesa del nazismo. Tornato in patria, nel clima di totale sfiducia nei confronti del parlamentarismo, il giovane scrittore si avvicina alle posizioni della Guardia di ferro, alternando sentimenti antidemocratici, mistica del sacrifico e nazionalismo sfrenato. E´ in questo ambito che nasce Tarsfigurazione della Romania, in cui l´autore invoca «un´esaltazione confinante al fanatismo», che sola potrà sottrarre il suo paese al torpore e alla confusione, forgiando per esso un destino eroico. In questa prospettiva, il culto della forza e la volontà di potenza lo spingono ad ammirare nel fascismo italiano «un movimento che permette alla nazione di rialzarsi». «Il fascismo ha fatto per l´Italia molto di più che decenni o addirittura secoli d´evoluzione politica», scrive Cioran, che aggiunge: «Né il fascismo né l´hitlerismo hanno modificato le strutture sociali. Hanno però dato ciascuno alle rispettive nazione un dinamismo che è come un palliativo alle lacune delle loro visioni sociali».
Tutto un capitolo del libro è dedicato al nazionalismo e al disprezzo per gli stranieri, che per lo scrittore sono un tratto della cultura nazionale. Da qui il suo antisemitismo senza limiti: «L´invasione giudaica, negli ultimi decenni del divenire rumeno, ha fatto dell´antisemitismo il tratto essenziale del nostro nazionalismo». Il futuro autore del Sommario di decomposizione negli ebrei vede solo «vampirismo», «aggressività», «cinismo» e «volontà di accaparramento». Per lui, «l´ebreo non è un nostro simile, un nostro prossimo», [...] un abisso ci separa, che lo si voglia o no». Disprezzo che conduce a una conclusione lapidaria: «Se fossi un ebreo, mi suiciderei subito».
Per Laurence Tacou, che insieme alla Trasfigurazione della Romania pubblica anche un altro inedito, De la France (L´Herne, pagg. 94), non si tratta di «riabilitare» Cioran, ma neppure di «denigrarlo». Per la direttrice delle edizioni de L´Herne, occorre porre «la questione controversa del suo impegno politico alla fine degli anni Trenta». A questo scopo, un ricchissimo e appassionante Cahier Cioran (L´Herne, pagg.542), accanto a numerosi documenti e altri testi inediti, propone una scelta degli articoli che Cioran scrisse in quegli anni per il quindicinale di estrema destra Vremea, dove ci s´imbatte in frasi di questo tipo: «Non c´è uomo politico al mondo d´oggi che mi ispiri più simpatia e ammirazione di Hitler.» E anche se in seguito lo scrittore li rinnegò apertamente, questi scritti hanno continuato a gettare un´ombra retrospettiva su tutta la sua opera. Tuttavia, secondo Bollon, senza quel passato oscuro e scandaloso, senza quei terribili errori giovanili, Cioran non sarebbe mai diventato il maestro del pessimismo e del rifiuto di tutto le utopie che oggi tutti celebrano e ammirano.

di Fabio Gambaro - 03/04/2009 Fonte: La Repubblica

Addendum

Bio-bibliografia di Emil Cioran


Filosofo e saggista, maestro indiscusso dell'aforisma a cui ha affidato tutti i suoi pensieri (componendo un'opera tanto frammentaria quanto affascinante), questo solitario rumeno è nato l'8 aprile 1911 a Rasinari (Sibiu) in Transilvania.

Figlio di un prete ortodosso e della presidentessa dell'associazione locale delle donne ortodosse, si laurea all'Università di Bucarest con una tesi su Bergson. Inizia ad insegnare presso i licei di Brasov e Sibiu: esperienza che ricorderà come catastrofica. Il suo primo libro, che segna l'esordio letterario del suo tormento interiore, è "Al culmine della disperazione" composto nel lontano 1934. Seguono "Il libro delle lusinghe" nel 1936 e "La trasfigurazione della Romania" nel 1937.
Nello stesso anno vince una borsa di studio grazie alla quale si reca a Parigi ("la sola città del mondo dove si poteva essere poveri senza vergogna senza complicazioni, senza drammi ... la città ideale per essere un fallito") da dove non tornerà più in patria.
Prima di partire per la Francia pubblica a proprie spese "Lacrime e santi". Nel 1940 esce il suo ultimo libro in romeno "Il tramonto dei pensieri": da questo momento in poi scriverà solo in lingua francese ("lingua adatta per il laconismo, la definizione, la formula...").
Del 1949 è "Sommario di decomposizione" in cui il vitalismo e la ribellione che affioravano negli scritti precedenti lasciano il posto all'annullamento totale allo scetticismo e all'impossibilità assoluta di credere e sperare.
Nel 1952 esce "Sillogismi dell'amarezza" raccolta di aforismi corrosivi, mentre del 1956 è uno dei suoi successi più duraturi, successo forse agevolato dal suggestivo titolo, "La tentazione di esistere".
Nel 1960 elabora invece "Storia e utopia" in cui si sottolinea come da qualsiasi sogno utopico basato su una presunta età dell'oro, sia essa passata o futura, si scatenino sempre forze liberticide.
Del 1964 è "La caduta nel tempo" le cui ultime sette pagine - dichiarerà in una intervista - "sono la cosa più seria che abbia scritto."
In "Il funesto demiurgo", del 1969, approfondisce e chiarisce il suo legame con la tradizione del pensiero gnostico mentre ne "L'inconveniente di essere nati" (scritto nel 1973), fra i libri che ha sempre dichiarato di amare di più, la sua arte del frammento filosofico capace di squarciare il velo delle cose e delle emozioni raggiunge una delle sue vette più alte.
La sapienza esistenziale di Cioran si fa d'altronde sempre più scavo analitico e disperante sguardo sul mondo, approdando ad un nichilismo che non conosce confini e che oltrepassa lo stesso orizzonte filosofico per farsi rifiuto concreto della realtà e dell'esistenza. Lo comprova il successivo "Squartamento" (1979), in cui però si intravedono i suoi legami con il pensiero gnostico e orientale, visto come unico approccio davvero autentico alla realtà.
Del 1986 è "Esercizi di ammirazione", raccolta di ritratti di personalità della cultura internazionale (da Ceronetti a Eliade a Borges) ma contenente soprattutto un ampio saggio su Joseph de Maistre.
Nel 1987 pubblica "Confessioni e anatemi", "... libro-testamento, che testimonia a un tempo di una rottura totale e di una certa serenità fondata sul nulla."
Emil Cioran è morto a Parigi il 20 giugno 1995.

(Fonte:www.matmatprof.it)